Un día de estos se cumplió un año de la muerte de Syd Barrett y como este blog empieza a parecer el santoral de los apóstatas me he decidido a utilizarlo como excusa para un post.
Que el rock’n’roll es una fuente de gregarismo no se le escapa a nadie de más de 20 años, que pese a ello todos llegamos a sentirnos en la adolescencia completamente independientes y al margen del resto de la sociedad afiliándonos musicalmente a uno u otro bando, tampoco. La lista de partidos revolucionarios del rock’n’roll debe rayar ya en lo infinito, y la verdad es que a mí se me escapa. Me quedé con los rockers y los mods, y los hippies y los punks, y los heavies y los technos, y hasta llegué a convivir con los new wave y los new romantics, y los siniestros, y yo que sé cuantos más.
Curiosa es también la cantidad de títulos que sus líderes ostentaron. Tuvimos reinas, reyes, princesas, príncipes, duques (¿duquesas?), jefes (¿jefas?), dioses, diosas, Jesucristos, (¿Magdalenas?). Lo interesante, sin embargo, es que pese a que jerarquía no falta por ninguna parte como en cualquier institución que se precie, es una jerarquía aleatoria (contradictorio pero cierto) pues curiosamente no se pisan unos a otros, y hay quien defiende que el duque es mejor que el rey o discute si Jesucristo era más marchoso que el jefe. Es más, hasta hay más de un rey, más de un duque, como mínimo un par de Jesucristos, y decenas de dioses.
En el Orden Asesino comentaba nuestra incapacidad por vivir sin ordenar cuanto nos rodea, pues el conocimiento (ese extraño ingrediente que supuestamente nos diferencia del resto del reino animal) se basa en la diferenciación y limitación de cuanto nos rodea. Y ni el anarquista ni el relativista más pintado pueden escapar al instinto clasificatorio.
Y ¿a qué venía todo esto? A que esta mañana escuchaba en el coche Shine on you Crazy Diamond y me acordaba de que el verano pasado había muerto Syd Barrett, y pensaba en la locura y la cordura, y en cómo se rozan. Y pensaba que si le había dedicado un artículo a Dylan por su cumpleaños, qué menos que recordar a Syd Barrett que ya no iba a cumplir más.
Nunca supimos si su locura era genial por si sola o porque sus colegas de Pink Floyd la explotaron a base de bien en tantas canciones maravillosas. Lo que él hizo es bueno, pero lo que hicieron ellos fue mejor, probablemente porque él nunca se fue del todo, y era su lúcida locura la que planeaba dulce y furiosamente en el trasfondo de todos los temas.
La diferencia entre el tonto y el loco es la lucidez. El tonto tiene mermada la capacidad cognoscitiva, el loco la tiene aumentada pero distorsionada. La lucidez de la locura es riquísima y la base de muchísimos de los mejores logros culturales de nuestra especie. Y a mí la música de Pink Floyd me parece realmente uno de los mejores logros de nuestra cultura. Por ello propongo que desde esta extraña institución semi anarquista, relativista y aleatoriamente jerárquica que es el rock’n’roll, declaremos a Syd Barrett San Loco Lúcido, patrón de todos los que por dolor, amor, o cualquier otro motivo, perdieron la cordura y contemplaron fuegos artificiales en sus propias neuronas.
Happy Death Syd.
5 comentarios:
Hola May. Si alguien te envía un anónimo mandamelo a mi que le contestaré encantada.
Me ha gustado leer que en el siglo XIX se definió locura como un determinado comportamiento que rechazaba las normas establecidas. Es decir, como una desviación de la norma..(volvemos al orden del que tu hablas)
La cuestión de qué variaciones respecto a la norma eran aceptadas como extravagancias y cuáles como locura podían depender de la región, la época o las circunstancias sociales del sujeto.
A partir de Erasmo de Roterdam y su Elogio de la Locura, ésta pasa a ser parte de la razón. Es la locura la que ahora analiza y juzga a la razón.
Freud afirmaba que loco lo estaba todo el mundo. Que el equilibrio psíquico mantenido no era una cualidad ingénita de la mente.
Yo veo la locura como si dejaras de sintonizar, y sea o no razonable
!Que mal se pasa¡. En esos momentos lo mejor.......¡Debajo de la cama¡. Chao. M.Luisa
Hola Luia,
Sí, supongo que Freud tenía razón en esta ocasión, y que la cordura, más que un estado “normal” de la mente, es como tú dices, la correcta adecuación o sintonización con el entorno. Cuando sufres mucho y no consigues conectar con el patrón correcto de unión con el exterior, quizás sí sea lo mejor meterse debajo de la cama, ahí al menos no molestas a los demás (los egos desparramados prefieren pese a eso pasearse por la calle escupiendo su dolor ya sea en forma de insulto, bomba o anónimo). Cuando no consigues esa conexión por amor, lo mejor es quedarse encima de la cama sonriéndole al mundo, porque sí sales al exterior te miran como si fueras gilipollas, incapaces de comprender la enorme amplitud que tu alma ha adquirido.
En cualquier caso, la cama parece ser un buen lugar sobre el que se ha escrito poco.
Besos mil. May
Si, es verdad. La cama es un lugar de donde se podrían decir muchas cosas. En la cama se ama, se duerme, se llora, se intriga, se aisla uno del mundo. Cuantos negocios, cuantas guerras se habrán iniciado o evitado en la almohada.Esteban, un pintor que vivía en Ibiza decidió no salir de la cama nunca más. Tenía eso si dos mujeres, una arriba y otra abajo que alternaban en su colchón.Bueno, no parece tan mala elección. Si la cama es fuente... será posiblemente muy creativa.
¿Deberíamos probarlo?. M.L.
Uy. Una cosa muy importante. En la cama se sueña. ¿Y qué son los sueños?. Una locura del alma ? ¿Una respuesta abstracta de la razón a lo que hemos vivido durante el día ?.¿Son los sueños una manifestación de un inconsciente individual o pertenecen a un inconsciente colectivo, con sus arquetipos, sus símbolos...Oh...me tengo que marchar, viene una cita....Adiós queridísima amiga....Mil besazos.
Bueno, podemos disfrazarnos de John y Yoko y encamarnos. Con un poco de suerte lo haríamos mejor que ellos. (Yo me pido John, me pediría George, pero ese no se encamó)
Si son colectivos el lío aumenta considerablemente.
Me desconecto 15 días de la red. Besos y gracias por estimular el blog, que estaba también dormido.
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