No sé si es la respuesta adecuada pero, dado que la iglesia se niega a borrarnos de sus archivos y seguimos constando en su haber de feligreses, habrá que estudiar la opción.
Huele a institución pero bien vale una ojeada.
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- Y no tiene ninguna importancia -dijo Wolf-, si se ha vivido. Pero de lo que me quejo es de que se empiece por envejecer. Mire, señor Brul, mi punto de vista es simple: mientras exista un lugar en el que haya aire, sol y hierba, tenemos la obligación de lamentar no estar allí, sobre todo si somos jóvenes. Boris Vian. La hierba roja.
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