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- Y no tiene ninguna importancia -dijo Wolf-, si se ha vivido. Pero de lo que me quejo es de que se empiece por envejecer. Mire, señor Brul, mi punto de vista es simple: mientras exista un lugar en el que haya aire, sol y hierba, tenemos la obligación de lamentar no estar allí, sobre todo si somos jóvenes. Boris Vian. La hierba roja.
3 comentarios:
Caray, colega, os estáis poniendo las botas. A ver si nos instalamos ya en lo de los días laborables y les damos un meneo juntas a todos esos bichos que metes en tu blog (y a otros mayores, je).
A ver, que ha llegado septiembre.
Ya comimos todos los mejillones, todos los pescaítos y las ñoclas. Ya nos doramos al horno de arena en la orilla del mar. Ya hemos visto que tampoco las vacaciones deshacen las sombras que escondemos en el cajón de la angustia vital.
Ahora al tajo, porfa.
César
XD un saludo para esa comida negra casi deliciosa.
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