5 de mayo de 2008

Albert Hoffmann


Este blog le debe mucho. Aunque fuera de manera accidental le debemos la síntesis del LSD y por tanto de la apertura de las puertas de la percepción hacia rincones insospechados de la conciencia. Gracias a él las experiencias con alucinogenos dejaron de ser patrimonio de chamanes, el "viaje" se democratizo y, pese a que algunos no soportaron el peso de sus propias neuronas, muchos fueron los que sacaron provecho del descubrimiento y ampliaron su campo de miras.
Murió la semana pasada.
Además era un tipo estupendo.