13 de diciembre de 2013

Más jabón


Hasta los ovarios. Nunca (en el tiempo que llevo sobre este planeta) había visto una maniobra de distracción tan burda y tan bien enjabonada. ¿Quién coño está para decidir si Catalunya es o no es un Estado, si debe o no debe ser independiente o si cambiamos los naranjos de la Generalitat por limoneros o madroños?

La gente pasa frío y hambre. Siempre ha sido así, pero nos quedaba lejos y podíamos hacer ver que no iba demasiado con nosotros. Pero ahora están aquí: en la calle, en la portería de tu casa, en tu mesa comiendo contigo, quizás compartiendo tu cama o tu reflejo en el espejo del lavabo. Y si tienes lavabo y espejo en el que reflejarte ya puedes darte con un canto en los dientes.

Igualdad y libertad. Esas son las dos viejas bestias que subyacen en cualquier conflicto humano desde el principio de los tiempos. Esa es la esencia del ser humano en tanto que ser ético. La pregunta que nos plantean es lo de menos. El problema es plantearlo y perder energía, tiempo y dinero en alimentar la libertad cuando la igualdad está bajo mínimos históricos.

La locura está a punto de estallar en forma de esquizofrenia global.