8 de octubre de 2008

Lo sublime empaña.


Quizás me esté volviendo vieja (eso seguro, pero vosotros también) y suspicaz. Pero la portada de El País de hoy me ha dejado a cuadros. Hace ya un tiempo que noto como tiende al amarilleo y se acerca peligrosamente al rosa en el tratamiento de algunas noticias, pero hasta hoy se daba sólo en páginas muy muy interiores. Lo de hoy, en plena página 1, esa que todos ven nada más desplegar el diario, me ha desmontado. Se trata de la foto de una niña. Una niña paquistaní. Una niña paquistaní que huye de la guerra. Y sin embargo…

Estamos ya todos muy curtidos a estas alturas de nuestras vidas de la utilización espuria de las imágenes que acompañan los textos de las noticias. Hartos de ver como una imagen falseada puede convertirse en noticia por sí misma. Pero hoy… La foto es de una niña que huye de la guerra y sin embargo…

Me la imagino como reclamo publicitario de cualquier marca de ropa infantil, o juvenil, o de adulto que se niega a crecer, ¡qué más da! Me la imagino habiéndose sometido a tres horas de sesión de maquillaje y peluquería. Me imagino a un diseñador retocando el resultado casi perfecto con el photo-shop para hacerla ya divina. Grandes ojos inquisidores, labios carnosos y sensuales, pelo estudiadamente despeinado, ligeras ojeras. ¡Un sueño! ¡Una Lolita!

Y sin embargo… es real. La ética choca de pleno con la estética. La bondad de la noticia con la estética dominante. A veces la belleza resulta demasiado bella para transmitir la verdad. Lo sublime empaña.